Es increíble lo que uno a veces, sin buscar, se puede encontrar por casualidad… Bañada por
las orillas del río Alén y protegida por numerosos vestigios del Barroco Gallego se encuentra
Barcia de Mera.
En ella se halla este peculiar lugar, al que seguro volveré y que gracias a estas líneas muchos
descubrireis y visitareis.
Al igual que el gran Sabina prometió una canción a sus atracadores en Santiago de Compostela
“pacto entre caballeros” yo prometí hacerle una reseña si realmente se lo merecían. “Pacto entre
vecinos”
Describo este sitio como peculiar, porque uno no se percata de lo que realmente es, hasta que
se sienta en una mesa y observa a su alrededor. Desprende buen rollo y amabilidad por sus
cuatro costados. Es un bar con una terraza cubierta más grande, que muchas de las que hay en las plazas de las urbes. Que tiene su zona de cafetería pero también su comedor.
Lo que más te llama la atención es cuando “David” su propietario, te ofrece una gran variedad
de pinchos para tomar con ese impresionante vino del Condado. Este chaval dicharachero que tanto sirve para contar un chiste, que para recomendarte una oveja.
Tiene su gran secreto escondido en la cocina.
Este antiguo Cantero conocido como Pinzas, que cambió el martillo por el cazo, tiene una mano
prodigiosa para cocinar. En serio, cuando uno está acostumbrado a visitar tantísimos lugares y
juzgar tantas formas diferentes de cocinar, se aprecia más que nunca el poder cerrar los ojos
oler ese plato de comida y recordar como la abuela llamaba a la mesa, “a comerrrr”.
Compañer@s no os perdáis visitar el Bar Pinzas, tiene muchísimos platos ricos y carne de gran
calidad, pero de todos, yo me quedaría con el bacalao.
Si decidís ir en fin de semana, no se os ocurra ir sin reservar.
