
Lo primero que ves nada mas entrar, es la inmensidad del valle. Campos, viñas y montañas. Que nada tienen que envidiar a los señores de Reboreda.
Con más de 4000 metros cuadrados de Viñas, el furancho Casanova elabora unos caldos de albariño excepcional.

Mires a donde mires la sensación es la misma, un remanso de paz, coloreado por los diversos verdes que caracterizan a nuestra tierra.
«Lubis» nos cuenta que siempre han tenido viñas, que ya sus abuelos las trabajaban, Alfredo su abuelo, era un buen entendedor y catador de vino. Su abuela Ramona, cuyo apellido da nombre a este furancho, a pesar de la edad, aún se toma «unha cunca» de vez en cuando. Esta claro que las uvas siempre han formado parte de la familia Casanova.
Hace unos años sus padres decidieron abrir el furancho…

Era una manera más de conseguir un ingreso extra y de poder deshacerse de los litros sobrantes.
empezaron colocando «cuatro mesas mal puestas» para poder poner algo con el vino, hoy en día es uno de los furanchos más grandes y más bonitos de la provincia.

Lubis recoge el relevo de la familia Casanova, este antiguo operario del Naval, que hace años estudio enología, se encarga de la elaboración del vino y con ayuda de su familia, consigue que todo este apunto cada día.
Vívelo en primera persona
GASTRONOMIA





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Buenos días,
Haceis reservas de mesa oara cena de 14 personas el sábado?
Hola!!!!
No somos un furancho. Solamente los damos a conocer…